viernes, 21 de diciembre de 2012

Zanubia, una reina de cuidado.

Palmira, Siria - 2010
No se discernir lo que hay de verdad o de leyenda en torno a la figura mítica de Zenobia, que en realidad se llamaba Bat Zabbai,  reina y figura importante del  esplendor de Palmira y que cuentan de ella que era  una mujer  astuta, de penetrante mirada y personalidad absorbente  y que aseguran que estuvo detrás de la oscura muerte de su marido el rey Odenato, maniobrando para transferir la corona a su segundo hijo Wallabato, un menor, y así manejar los hilos del reino desde la sombra materna, como ya,  dieciocho siglos antes hizo la reina Hatshepsut, de la XVIII dinastía egipcia, con tal de llegar al trono. Cuentan que el rey Odenato era  aliado de Roma, tenia un prestigio de héroe y que ostentaba  el cargo honorífico de 'Restitutor totius Orientis', desde que un dia rescató del ataque de los enemigos persas sasánidas al emperador Valeriano, que lo habían capturado en Edesa. Pero volviendo a Zenobia, ella se consideraba descendiente de otra reina del Nilo: Cleopatra, cuya fama y historia no había parado de crecer y adornarse en el imaginario colectivo de las gentes que vivían en Oriente Próximo trescientos años más tarde.  Los paralelismos entre la viuda de Odenato con la viuda de Julio César, y amante hasta la muerte de Marco Antonio, abundan, y hacen pensar que Zenobia se tomó en serio lo de tener de modelo de inspiración a su 'antepasada'. Mujer de una belleza exótica. Los únicos retratos que quedan de la aguerrida reina regente de Palmyra son efigies, de prominente nariz y tocadas con curiosa corona,  y en monedas,  al igual que ocurre con su predecesora egipcia. Tanto Zenobia como Cleopatra tuvieron en vilo a todo el imperio romano con todos sus senadores, tanto una como otra se lanzaron a plantarles batalla, y al final ambas fueron aniquiladas por la osadía de desafiar al más poderoso imperio del mundo.

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