Wadi Rum - Jordania 2009. Foto Josep Blanch |
Siguieron adelante y llegaron a un oasis donde resolvieron bañarse.
El que había sido abofeteado y lastimado comenzó a ahogarse, siendo salvado por el amigo.
Al recuperarse tomó un estilete y escribió en una piedra: HOY, MI MEJOR AMIGO ME SALVO LA VIDA.
Intrigado el amigo preguntó: ¿Por qué después de que te lastimé escribisteis en la arena y ahora escribes en la piedra?
Sonriendo el otro amigo respondió:
- “Cuando un amigo nos ofende, deberemos
escribir en la arena donde el viento del olvido y el perdón se
encargarán de borrarlo y apagarlo; por otro lado cuando nos pase algo
grandioso, deberemos grabarlo en la piedra de la memoria del
corazón donde viento ninguno en todo el mundo podrá borrarlo”.
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