miércoles, 3 de abril de 2013

Cuando la Virgen encubre el delito....

Paso Semana Santa Malaga 2013
Cuenta la leyenda la existencia en el siglo XIX de un bandolero llamado Cristóbal Ruiz, conocido como el Zamarilla. A su banda de salteadores se le atribuían delitos de sangre, robos y secuestros. Sus andanzas se circunscribían a la Serranía de Ronda, aunque también se extendieron a la Costa malagueña y a la propia capital.

Fue durante la huida de una escaramuza que Zamarilla encontró una capilla y en ella a una Dolorosa trinitaria, escondiéndose bajo su manto. Los guardias que entraron en el oratorio, rebuscaron por todas partes y al rato salieron decepcionados al no poder encontrar al bandido.

A pesar de su tosquedad, el Zamarilla quiso agradecer a la Virgen su ayuda y, como no llevaba nada de valor, cortó una rosa blanca y se la clavó con su puñal en el pecho de la imagen. Esta quedó prendida en María, pero entre el asombro y el miedo, contempló como la rosa se iba tiñendo lentamente de sangre hasta quedar convertida en una rosa roja y luminosa.

Como consecuencia de este hecho, Zamarrilla arrepentido de su azarosa vida, ingresó para el resto de sus días en un convento muy cercano al lugar donde la Virgen de la Amargura recibía culto, y siempre en el aniversario de su arrepentimiento, el Zamarilla bajaba por el camino de Antequera hasta el oratorio de la Señora para depositar a sus pies una rosa roja.

Una tarde, cuando Zamarrilla iba a cumplir su promesa de llevar la rosa roja a la Virgen, fue atacado por unos salteadores que, al no llevar ningún objeto de valor, le apuñalaron hasta darle muerte.

Cuando la comunidad hallo el cuerpo de Zamarrilla todo ensangrentado en medio del camino, entre sus manos permanecía la rosa de su ofrenda que había cambiado su color rojo por un blanco resplandeciente.

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