martes, 5 de febrero de 2013

Un diente que dio mucho de si.....


Templo del Diente de Buda - Kandy - 2012

Cuenta la leyenda que cuando Buda murió, su cuerpo fue incinerado en una pira de sándalo y su diente canino izquierdo fue encontrado en la pira funeraria por una de sus discípulas, que lo entregó al rey de Dantapuri, para ser venerado. Se forjó la creencia de que el poseedor del diente tenía el derecho divino a gobernar aquella tierra y como era de esperar, la posesión de la reliquia degenero en constantes pugnas y guerras tanto por su posesión como por su destrucción.

Interior del Templo
Con el fin de salvar en cierta ocasión el diente de su destrucción, Hemamala, princesa india escondió la reliquia en un adorno para el pelo y juntamente con su consorte el príncipe Dantha, se disfrazaron de brahmanes para no ser descubiertos y huyeron de la ciudad de Udeni, escaparon de un puerto en la desembocadura del Ganges y partieron hacia la isla de Sri Lanka.  Confirmaron con este hecho la afirmación que tiempo atrás hizo Buda de que su religión estaría segura en Sri Lanka durante 2.500 años.

El rey Kithsirimevan de Sri Lanka se alegró mucho cuando oyó la noticia de la llegada de Dantha y Hemamali a la isla. Recibió la sagrada reliquia con gran veneración y construyó un templo en su propio palacio para albergarla. A partir de entonces, ordenó que se celebrara anualmente una fiesta, la Esala Perahera, en honor al diente.

Actualmente la reliquia se guarda en una cámara rodeada de siete estupas de oro engastadas con piedras preciosas en el llamado Templo del Diente (Sri Dalada Maligawa), dentro del complejo del Palacio Real en la ciudad de Kandy y es objeto constante de veneración por multitud de gentes.

Todo esto es lo que da de sí la historia de un vulgar diente. Bueno, de vulgar nada, que era de Buda .

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