miércoles, 9 de enero de 2013

Viena, origen del croissant..



Viena 2007 - Foto Josep Blanch

Si bien todos afirmamos y creemos que el Croissant es francés, su origen no obstante lo tenemos que situar en Viena. Cuenta la leyenda que el Croissant nace como uno de los actos festivos al salvarse Viena del sitio otomano a finales del siglo XVII. Todo sucedía en 1683, cuando los soldados otomanos al mando del gran visir Kara Mustafá,  que habían ya conquistado Hungría y todas las naciones que recorre el Danubio, sitian Viena, que después de Constantinopla habría sido la primera conquista importante en Europa.

Dadas las dificultades que tenían los otomanos en asaltar la ciudad de Viena, los turcos decidieron atacar Viena por sorpresa con una nueva estrategia. Decidieron  socavar el terreno y a través de túneles  traspasar  las murallas pero cometieron el error de actuar sólo de noche. Los panaderos, que trabajaban a esas horas, se dieron cuenta de la amenaza por los continuos ruidos y dieron la alarma de tal manera que al final fueron los defensores los que tomaron por sorpresa a las tropas musulmanas obligándoles a retroceder. Después las tropas austriacas del emperador Leopoldo I, bajo el mando del rey de Polonia Jan III Sobieski, acabaron de expulsar del país al ejército musulmán turco.

Se dice que el emperador de Austria, Lepoldo I, en agradecimiento decidió condecorar a los panaderos vieneses por la valiosa ayuda ofrecida, les concedió  también  el derecho de usar espada al cinto que fue lo más apreciado por los panaderos. Estos, como agradecimiento, elaboraron dos panes: uno con el nombre de “emperador” y otro Halbmond, en alemán: “media luna”, antepasado del actual croissant, como burla a la media luna de la bandera otomana.

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